lunes, 12 de noviembre de 2007

Asalto 19º - El sabio

El Sr. Vig contemplaba la escena de Aquela y el dragón con gran expectación, no entendía el lenguaje que oía. A todo esto la cueva había dejado de temblar, al parecer el "terremoto" era provocado por las pisadas del enorme dragón, al que habría que añadir el rugido profundo y seco de su humeante garganta.
De pronto la estrella del norte comenzó a brillar, pero de una forma un tanto extraña, parpadeaba incesante, lo hizo durante unos segundo y se apagó cuando, sorprendentemente, comprendía el ininteligible lenguaje de los dos animales. El Sr. Vig no daba crédito a lo que estaba viendo, o mejor expresado, oyendo.
Aquela ya se había levantado y acercado unos pasos hacia el recién llegado, y parecían estar discutiendo sobre algo relacionado con el colgante de nuestro protagonista.
D - ..Y ¿dices que es un brujo?
A - No lo sabemos con certeza, le descubrimos anoche, en el bosque, viajaba solo y decidimos que sería nuestra cena. Pero cuando le acechamos y estábamos a punto de saltar sobre él, una luz que salió de su pecho nos dijo que él era quien nos daba la vida y que habríamos de protegerle de cualquier mal que le sobreviniera en su viaje. Y hasta aquí nos hemos dirigido, no sabemos si será casualidad o cosas del destino, todo esto es muy sospechoso.
D - No seas desconfiado viejo amigo, el destino sabe lo que hace, aunque a veces no lo entendamos, porque él nos enseña antes lo que no queremos, para llegar adonde, en realidad, queremos estar. Es así de caprichoso...
A - Bueno, entonces, ¿qué debemos hacer?
D - Como ser más viejo de este mundo y en calidad de sabio del imperio, yo pienso que debéis continuar con vuestro cometido y hacer que nuestro amigo llegue sano y salvo a su destino.
A - Así se hará.

El Vigilante quedó de piedra cuando Aquela se dirigió hasta él y, haciendo un gesto de sumisión, le ofreció su pata diciendo:
A - Seremos vuestros protectores y nos dejaremos la vida, si fuera necesario, en pos de vuestra gesta.
El Sr. Vig, con un leve movimiento de cabeza asintió confuso.

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